SIGO AQUÍ. NO HE PARADO DE CAMINAR

El exterminio de la UP. Un duelo, Un fallo y una deuda histórica por la que seguimos caminando. Las materialidades y los cuerpos se han tomado las escenas del arte. ¿Qué nos relatan, que vienen a decirnos estos restos, estas prendas, estos objetos que les pertenecen a nuestros seres ausentes? Lo que hoy les presentamos es apenas una manifestación que intenta evocar su presencia ante ustedes para mantener viva nuestra lucha. De que otra manera podríamos estar en este escenario donde el arte propicia el ritual luctuoso para llorar y para recordar a los muertos o a los que ya no están y no sabemos dónde están. La falta de sepultura recrudece aún más nuestro duelo histórico y las desapariciones no cesan. lo insepulto es una deforme figura hecha de estas prendas, de estos objetos, zapatos, de canciones o retratos que los evocan. Han aparecido de múltiples maneras en los escenarios pasados y presentes de américa latina. A veces los artistas vamos buscando el arte en esa siniestra fascinación por lo deforme, lo improbable, lo inasible, pero también es un acto desesperado para sobrevivir a la barbarie de los gobiernos y también porque necesitamos continuar el relato o imaginar formas posibles para tan desgarradores relatos. Las nuevas formas de guerra y los nuevos grupos de poder que actúan bajo regímenes de impunidad y con la complicidad de los estados, han ido generando una transformación macabra de lo que entendemos hoy por cuerpo humano, por formas de vida, por ritos funerarios y las practicas artísticas en este contexto están deviniendo también en moradas alegóricas donde habitan vestigios de lo que fue una vida. Desde el poder, las dictaduras latinoamericanas que no han cesado y que hoy tienen nuevas formas bajo las mascaras de falsas democracias liberales, neoliberales, de derecha o fascistas. La desaparición forzada, la tortura y la insepultura de los cuerpos son una terrible realidad que ha marcado nuestras vidas, pero también en las luchas colectivas, en la organización y en las practicas artísticas hemos encontrados escaparates y cuerpos posibles que nos alientan a seguir develando la injustica y la barbarie, para que estos actos no se repitan nunca más. A las desapariciones de las personas se suma la aniquilación de las identidades de sus cuerpos, la diseminación de los vestigios en fosas clandestinas o en las profundidades del mar y el olvido. Ya no se trata solo de asesinarnos sino de imposibilitar el reconocimiento de nuestros restos. Estamos rodeadas de fosas clandestinas y no es exagerado decir que prácticamente vivimos en una fosa clandestina, pero a la vez, también los límites de esta situación se han desbordado y a implicado nuevas formas de organización para insistir en el derecho a la digna sepultura a encontrar y despedir a los muertos. Los familiares se han organizado para buscar por cuenta propia a sus seres queridos deviniendo peritos, investigadores, forenses, exhumadores, sepultureros. Pensar la corporalidad en un espacio donde la categoría fundamental es la de los cuerpos rotos que ya no están, la desmaterialización, la invisibilización y la espectralidad es un desafío porque el cuerpo corresponde a la extensión y a su exposición en el espacio que ocupa, pero el cuerpo que desaparecen se va, se lo llevan con su espaciamiento. Como recuperar el cuerpo y hacerle un espacio y un volumen en una imagen o forma, aunque sea deforme y que podamos reconocerles, hacer el duelo y sepultarles. La desaparición de los cuerpos no de su muerte, no del olvido. Vamos en busca de un acontecimiento que recupere sus cuerpos y que les dé un lugar y un espacio entre nosotros. Vamos en busca de un acontecimiento poético que les dé un lugar en el tiempo y pensamos que solo se puede evocar a través del arte y en la acción colectiva. “Le hemos preguntado a la madre tierra y ella nos ha dicho que aún no ha recibido sus cuerpos. Que los esta esperando para recibirlos amorosamente en su regazo. Yo no lo voy a aceptar yo voy a luchar para que no lo den por muerto a mi hijo Porque vivo se lo llevaron vivo lo quiero a mi hijo. Pido justicia”

País: Colombia, Santiago de Cali

Artistas Escénicas: Doris Sarria y Edwin Taborda

Artista Visual: Leonardo Linares

Dramaturgia y Dirección: Doris Sarria y Proyecto MoNoS

Producción: Proyecto MoNoS 2023

Con el apoyo de: Teatro del Presagio y Casa Ternario